Síndrome Anémico

Síndrome Anémico

Se entiende por anemia la disminución de la concentración sanguínea de hemoglobina, independientemente de la cifra de glóbulos rojos.

La sintomatología guarda relación con la intensidad, velocidad de instauración y la causa.

Los signos comunes incluyen: palidez de piel y mucosas, debilidad general, cansancio rápido, palpitaciones, “falta de aire” y “falta de concentración”.

Ante la sospecha de anemia es importante aclarar varias cuestiones:

  • Existe anemia: Esto es así si se aprecia reducción en la concentración de hemoglobina. Sin embargo, siempre es conveniente confirmar la anemia de nueva aparición, sobre todo si es de intensidad considerable y no existe una causa evidente, con una nueva muestra.

 

  • Que características tiene: aquí es importante destacar dos características semiológicas;
    • 2.1. el tamaño de los glóbulos rojos (según el volumen corpuscular medio). Pueden ser de tamaño pequeño (anemia microcítica), de tamaño grande (anemia macrocítica).
    • 2.2. la capacidad de respuesta de la médula, ósea mediante el incremento de la producción de reticulocitos y su aparición en sangre periférica.

 

  • Cual es el mecanismo patogénico: En este punto puede requerirse de un “frotis o extensión  de sangre periférica” para analizar al microscopio y, en la química sanguínea especial es importante el análisis de hierro sérico, Capacidad de fijación de transferrina y los niveles séricos de ferritina, ácido fólico y vitamina B12 para descartar una anemia carencial. También resulta útil la determinación de bilirrubina, LDH, haptoglobina, así como hemosiderinuria, para descartar anemia hemolítica.

 

  • Causa Fundamental. En todo síndrome anémico es imprescindible establecer un diagnostico causal. Esto puede requerir de diversas evaluaciones clínicas. Ejemplo, ante los hallazgos de anemia ferropénica, en una mujer en edad fértil es conveniente evaluación ginecológica , así como estudios del aparato digestivo en hombres adultos y mujeres postmenopáusicas. En las anemias hemolíticas hay que investigar si son de carácter congénito o adquirido (en este último casi por ejemplo si son autoinmunes). Puede requerir evaluarse la morfología de los eritrocitos (otra vez, en una extensión de sangre periférica) y aparecer como esferocitos, acantocitos, células falciformes. Así como esferocitos, acantocitos y células falciformes. Así como es útil investigar la presencia de una hemoglobina anormal (eje, talasemias). Por último, en ocasiones el diagnostico etiológico de un síndrome anémico requiere de una “biopsia de medula ósea” para determinar hemopatías malignas, infecciones parasitarias, anemia aplásica, por ejemplo.

 

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